Hay diversión, oculta, pero la hay
Me cuesta admitirlo, pero pese a que odio la mayoría de los Tales from the Dragon Mountain, me gustan sus puzles.
El resto del juego me vuelve loco: eso de buscar meticulosamente pantalla tras pantalla, intentando descubrir los objetos cotidianos que terminarán teniendo una función.
Tampoco ayuda la deslucida trama, que parece escrita por un becario aburrido. Todo rematado por un trabajo de voz y unos gráficos que están entre lo horrible y lo ridículo.
Pero a mí me encantan sus puzles de lógica, que puede que sea lo que tu andes buscando.